Renta fija: retos pendientes para la empresa mediana
Noviembre de 2025
Seg煤n datos del Banco de Espa帽a, en 2024 las emisiones de deuda corporativa (es decir, de empresas no financieras) crecieron un 4% respecto al a帽o anterior. M谩s all谩 del crecimiento agregado, cabe destacar la recuperaci贸n de la confianza en los plazos m谩s largos, ya que los vol煤menes de emisi贸n con vencimientos superiores a un a帽o pr谩cticamente se duplicaron, al pasar de 15.967 millones de euros en 2023 a 30.601 millones en 2024. Este dato es especialmente relevante, ya que una de las principales ventajas de la renta fija frente a la financiaci贸n bancaria es precisamente el acceso a plazos de financiaci贸n m谩s largos y estables, fundamentales para financiar de manera estable la inversi贸n en crecimiento de las empresas.
La recuperaci贸n de los plazos largos pone fin a la tendencia observada desde 2020, cuando la elevada incertidumbre econ贸mica y de tipos de inter茅s concentr贸 la demanda inversora en los plazos m谩s cortos de la curva, lo que llev贸 a muchas empresas a concentrar sus emisiones en el corto plazo, especialmente mediante la emisi贸n de pagar茅s. De hecho, en 2022 el 79% de los valores emitidos ten铆an vencimiento inferior a un a帽o; en 2023 este porcentaje se redujo al 67%; y en 2024 se normaliz贸 en torno al 40%.
Esta evoluci贸n refleja una menor incertidumbre econ贸mica, la estabilizaci贸n de la inflaci贸n y una mayor claridad sobre las medidas de pol铆tica monetaria del BCE. A lo largo de 2025, adem谩s, se han observado dos fen贸menos que refuerzan la percepci贸n de normalizaci贸n en los mercados financieros:
- Por un lado, la curva de tipos de inter茅s ha pasado de estar plana o con pendiente ligeramente negativa 驴es decir, con tipos de inter茅s a corto y largo plazo en niveles muy cercanos驴 a mostrar una pendiente positiva. Esta configuraci贸n refleja una mayor confianza en el crecimiento econ贸mico y una expectativa de inflaci贸n contenida.
- Por otro lado, a pesar de la ligera subida de los tipos de inter茅s, los diferenciales de cr茅dito se han estrechado notablemente en 2025. Es decir, la diferencia entre el rendimiento de la deuda corporativa y el bono soberano se ha reducido, lo que indica una mejora en la percepci贸n del riesgo empresarial y una mayor demanda inversora.
Todo ello ha contribuido a que, en t茅rminos agregados, los vol煤menes de emisi贸n de deuda corporativa durante los primeros nueve meses de 2025 se hayan mantenido en niveles similares aunque ligeramente inferiores a los registrados en el mismo periodo de 2024. ![]()
Sin embargo, al centrar la atenci贸n en el acceso al mercado por parte de las empresas de capitalizaci贸n media, la lectura se vuelve m谩s matizada y plantea interrogantes relevantes. A diferencia de las grandes compa帽铆as, estas empresas suelen recurrir al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), creado en 2013 como plataforma 谩gil y flexible para facilitar su acceso a los mercados de capitales. En su primera d茅cada, el MARF canaliz贸 m谩s de 70.000 millones de euros, financiando directamente a 143 compa帽铆as y muchas m谩s de forma indirecta a trav茅s de titulizaciones.
El MARF y el acceso de las empresas medianas
No obstante, desde la subida de tipos en 2022 y el entorno incierto anteriormente descrito, el perfil de mercado ha cambiado, haci茅ndolo cada vez menos "alternativo". Por un lado, las entidades financieras y de titulizaci贸n han pasado a dominar las emisiones de largo plazo, representando cerca del 60% del volumen total emitido en 2024 y 2025. Por su parte, las restantes emisiones han sido protagonizadas, en su mayor铆a, por empresas con calificaci贸n de grado de inversi贸n, lo que sugiere una posible expulsi贸n del mercado de los emisores de "alto rendimiento" o "high yield".
Esto es especialmente preocupante en un mercado que, por sus caracter铆sticas, debe ser capaz de acoger a empresas que, sin presentar incertidumbres sobre su solvencia financiera, tengan un perfil de riesgo algo m谩s elevado como consecuencia de su menor tama帽o, mayor concentraci贸n geogr谩fica o relativamente mayor nivel de endeudamiento que una empresa grado de inversi贸n.
Esta exclusi贸n ha reforzado la tendencia de las empresas medianas a emitir deuda a corto plazo, principalmente pagar茅s, donde no se exige calificaci贸n crediticia y existe mayor demanda inversora. En lo que va de 2025, el volumen emitido en pagar茅s supera los 3.000 millones de euros, frente a apenas 1.000 millones en emisiones a largo plazo, de los cuales solo 350 millones corresponden a deuda corporativa pura.
Aunque la financiaci贸n a corto plazo puede ser 煤til para cubrir necesidades de liquidez, su uso excesivo puede generar vulnerabilidades, especialmente si las empresas medianas recurren a ella para financiar crecimiento estructural.
Desaf铆os y oportunidades para la financiaci贸n a largo plazo
Esta situaci贸n plantea un desaf铆o estrat茅gico: c贸mo preservar la funci贸n del MARF como mecanismo de financiaci贸n alternativa y complementaria al canal bancario, sin que derive en una plataforma exclusiva para emisores de grado de inversi贸n o centrada 煤nicamente en emisiones de corto plazo.
Parte de las dificultades que enfrentan las empresas para acceder a financiaci贸n a largo plazo en el MARF se explican por la competencia de productos tradicionales m谩s l铆quidos y con menor carga regulatoria, como los bonos soberanos o corporativos emitidos en mercados oficiales. La base inversora del MARF 驴compuesta en gran parte por aseguradoras y mutualidades nacionales驴 tiene limitaciones regulatorias que restringen su exposici贸n a bonos considerados il铆quidos por su menor tama帽o y escasa negociaci贸n secundaria, especialmente si no cuentan con calificaci贸n de grado de inversi贸n. Esto ha generado una base inversora estrecha y exigente que, en muchos casos, demanda unos niveles de retorno que pueden resultar poco atractivos para las empresas, especialmente en un entorno donde la financiaci贸n bancaria ha sido excepcionalmente competitiva.
Por ello, es fundamental ampliar y diversificar la base inversora, fomentando la participaci贸n de nuevos actores 驴como fondos de deuda, gestoras de activos o inversores institucionales internacionales驴 que est茅n dispuestos a asumir mayores niveles de riesgo a cambio de rentabilidades m谩s atractivas. Asimismo, ser铆a fundamental revisar los incentivos regulatorios que actualmente puedan estar penalizando la inversi贸n en este tipo de bonos.
Finalmente, no debe descuidarse el fortalecimiento del ecosistema de acompa帽amiento a las empresas emisoras, donde los asesores registrados desempe帽amos un papel clave.
El MARF puede y debe seguir siendo un instrumento central en el proceso de desintermediaci贸n financiera, y es responsabilidad de todos los agentes implicados 驴reguladores, inversores, emisores y asesores驴 impulsar los cambios necesarios para que cumpla plenamente esa funci贸n.