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"E pur si muove...", salvo en España

Julio de 2025

Hace unas semanas me llegó a través de uno de esos grupos masivos de WhatsApp un meme que llamó mi atención: "El verdadero miedo no es que la IA nos quite el trabajo, sino que demos por hecho que ya lo ha hecho". La frase era pertinente después de haber leído el último informe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) sobre el futuro del empleo y un documento elaborado por la OCDE en el que analiza el grado de madurez de la IA para reemplazar capacidades humanas.

El primero menciona que sólo el 25% de las empresas encuestadas en el estudio han implementado extensivamente IA. El segundo destaca que a la IA aún le queda recorrido para reemplazar capacidades humanas como la capacidad para resolver problemas, el pensamiento crítico y las habilidades sociales, entre otras. De hecho, solo el lenguaje, la visión y la capacidad de aprendizaje alcanzan una puntuación de grado de madurez de tres sobre cinco, mientras todas las restantes no superan el dos. En resumen, el miedo al reemplazo es más narrativo que fáctico, de momento.

Lo relevante es que empresas y trabajadores están aún a tiempo de ponerse manos a la obra. En este sentido el informe del WEF es especialmente útil ya que recoge una serie de conclusiones sobre el futuro del trabajo en términos de competencias y estrategias empresariales para adaptar la fuerza laboral, y ofrece un análisis regional y por país que, en el caso de España, debería llevarnos a una movilización activa desde lo público y lo privado.

Hay consenso global en señalar que la alfabetización tecnológica, la resiliencia y el pensamiento crítico son aspectos clave. Sin embargo, llama la atención que aspectos como la curiosidad y el aprendizaje activo sea destacado por otros países de nuestro entorno como Alemania e Italia, pero no por España.

En términos de mercado laboral, España se perfila como un país con baja rotación del empleo y riesgo de estancamiento, con una tasa de rotación del 10% que contrasta con el 27% de Alemania, el 22% de Italia y el 21% de Francia. Lo que lleva a prever falta de dinamismo del mercado laboral que podría traducirse en una disrupción e innovación.

Dato que contrasta al señalarse la falta de habilidades en el mercado laboral como el principal obstáculo y prioridad por parte de las empresas, muy por encima de la media europea. En resumen, España bloqueada por el capital humano.

Aunque la necesidad de cambio es ampliamente reconocida y demandada, falta movimiento. Las instituciones públicas, educativas y las empresas avanzan con poca agilidad si nos comparamos con países como Alemania, donde hay una estructura más preparada para impulsar transformaciones, o Italia, que muestra más iniciativa. El riesgo es que España se quede atascada, sin avanzar en la dirección que todos reclaman.

A la IA le queda recorrido para alcanzar el anhelado cinco en las distintas competencias humanas. "E pur si muove", como dijo Galileo, aunque fuera "por lo bajini".

Adriana Scozzafava, directora general de Fundación Afi Emilio Ontiveros