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Fondos europeos: pr贸ximos pasos

Noviembre de 2022
El Plan de Recuperación de Transformación y Resiliencia (PRTR) representa una de las mayores iniciativas en materia de política económica que se han desarrollado en la historia reciente de la economía española, tanto por el volumen de recursos comprometidos, como por el esfuerzo que ha requerido su acelerado diseño y puesta en marcha, en estrecha coordinación con la Comisión Europea.

Su inicio no pod铆a desmorarse, pues una de sus justificaciones, adem谩s de avanzar en el proceso de modernizaci贸n estructural del pa铆s, radicaba en la necesidad de luchar contra los impactos socioecon贸micos negativos derivados de la pandemia, posteriormente acrecentados con motivo de las tensiones geopol铆ticas, la guerra en Ucrania y las presiones inflacionistas.

Para cumplir con estos plazos las administraciones han debido abordar la concreci贸n de las reformas requeridas por Europa (pensiones, sistemas de cotizaci贸n de trabajadores aut贸nomos, evaluaci贸n de pol铆ticas p煤blicas, universidades, ciencia, etc.). Asimismo, desde el 谩mbito de las inversiones, se ha debido dar curso a la publicaci贸n de m煤ltiples convocatorias de ayudas, con frecuencia con plazos muy ajustados para la presentaci贸n de las candidaturas (sobre todo en los casos de convocatorias de concurrencia competitiva), y para atender adecuadamente las dudas de las empresas potencialmente interesadas.

A la luz de la experiencia acumulada durante el 煤ltimo a帽o y medio, cabe hacer algunas consideraciones con el objetivo de contribuir a mejorar la eficacia y eficiencia de esta gran iniciativa de pol铆tica econ贸mica. En primer lugar, es preciso realizar un esfuerzo adicional en materia de informaci贸n y asesoramiento al tejido empresarial. Se trata, por un lado, de mantener la tensi贸n (algo mermada tras el gran inter茅s inicial) por presentar proyectos verdaderamente ambiciosos y con vocaci贸n transformadora. En este sentido, no siempre es evidente el encaje de los proyectos que las empresas conciben con las convocatorias de subvenciones y licitaciones p煤blicas, y convendr铆a reforzar la informaci贸n y el asesoramiento dirigido al tejido empresarial para que 茅ste no se desvincule del Plan. A modo de ejemplo, en ocasiones se han publicado convocatorias para actuaciones transversales con presupuestos muy reducidos, mientras que en otros casos los plazos para la presentaci贸n de candidaturas han sido demasiado cortos (limit谩ndose a un mes o incluso menos d铆as). Asimismo, la agilidad en la resoluci贸n de las convocatorias deber铆a ser mayor, y se deber铆an evaluar con realismo las dificultades que, en ocasiones, conlleva la formaci贸n de consorcios amplios como requisito para la participaci贸n en algunas de las iniciativas del Plan.

Por otro lado, cabr铆a considerar la implementaci贸n de ayudas para que las empresas pudiesen acceder a servicios de asistencia t茅cnica profesional, para facilitar la preparaci贸n de sus candidaturas con una inversi贸n suficiente en t茅rminos de tiempo y recursos especializados. Esta idea no es ajena a la mec谩nica de algunas instituciones como el BEI, que cuenta con programas para favorecer la participaci贸n activa (y bien fundamentada) de sus potenciales beneficiarios. Ese el caso del instrumento de asistencia local en el sector de la energ铆a (ELENA, por sus siglas en ingl茅s). Dicho programa ofrece asistencia t茅cnica y financiera para ayudar a los entes locales y regionales a atraer financiaci贸n para proyectos en materia de energ铆a sostenible.

Asimismo, la mejora de la transparencia e informaci贸n p煤blica sobre el nivel de ejecuci贸n definitiva de los fondos del Plan, entendida como los pagos a destinatarios finales de ayudas o empresas ejecutoras de inversiones previamente licitadas (no transferencias entre distintos niveles de las Administraciones P煤blicas) tambi茅n contribuir铆a a mejorar la evaluaci贸n continua del Plan. Asimismo, resultar铆a de utilidad habilitar determinadas herramientas espec铆ficas, como el registro de entidades interesadas en los PERTE (Proyectos Estrat茅gicos para la Recuperaci贸n y Transformaci贸n Econ贸mica). Se trata, en cualquier caso, de no desincentivar la atracci贸n de proyectos transformadores y de calidad, y de aprovechar esta inigualable oportunidad para lograr un efecto real en la econom铆a espa帽ola.

De cara a los pr贸ximos meses, conviene destacar la relevancia que para la ejecuci贸n del PRTR supone el desarrollo e implementaci贸n del tramo reembolsable del Mecanismo de Recuperaci贸n y Resiliencia (MRR). No s贸lo por el volumen, que puede alcanzar los ochenta y cuatro mil millones de euros, un 10% m谩s que el tramo no reembolsable. Sino sobre todo porque puede representar un impulso determinante en la transformaci贸n del modelo de gesti贸n de ayudas p煤blicas. La Administraci贸n espa帽ola concentra sus medidas de apoyo a las pol铆ticas p煤blicas a trav茅s de gasto en subvenciones. Sin embargo, desde hace un par de d茅cadas la Comisi贸n Europea ha marcado su preferencia por la utilizaci贸n creciente de instrumentos financieros reembolsables por parte de los pa铆ses miembros.

La gesti贸n de las ayudas reembolsables permite como principal ventaja sobre las no reembolsables, financiar nuevos proyectos con la recuperaci贸n del capital y sus potenciales retornos. Sin embargo, para una adecuada implementaci贸n de los instrumentos financieros los gestores p煤blicos deben procurar que los proyectos sean econ贸micamente viables y, en la medida de lo posible, que tengan capacidad para arrastrar financiaci贸n privada.

Este modelo exige instituciones con capacidad t茅cnica para analizar el riesgo crediticio de los promotores y de los planes de viabilidad. Tambi茅n es necesario que los gestores p煤blicos realicen funciones que se asemejan, en alguna medida, a las de una entidad financiera, como, por ejemplo, los procedimientos de recuperaci贸n en caso de posibles dificultades para hacer frente a las obligaciones contra铆das por los prestatarios.

En definitiva, el conjunto de las administraciones y, en particular, las auton贸micas, en las que se pretende concentrar un porcentaje relevante de este segundo tramo del MRR, se tendr谩n que dotar de instituciones especializadas en la gesti贸n de este tipo de instrumentos financieros. Las Agencias de Desarrollo Regional o los Institutos de Finanzas deber铆an ir asumiendo este papel centralizador en cada territorio para identificar los fallos de mercado hacia algunos segmentos o fases en el ciclo de vida de las empresas, normalmente aquellas que exigen m谩s innovaci贸n, con el fin de dise帽ar l铆neas que mitiguen la falta de financiaci贸n, m谩s a煤n en una coyuntura de endurecimiento de las condiciones monetarias.

Un obst谩culo end茅mico que atenaza este tipo de l铆neas es la falta de flexibilidad para poder canalizar recursos de terceros sin estar condicionados por las limitaciones al endeudamiento del sector p煤blico. Para ello es fundamental la b煤squeda de esquemas de colaboraci贸n con operadores en los diferentes instrumentos (pr茅stamos, garant铆as, cuasicapital o capital) y una evaluaci贸n adecuada de los mismos para alcanzar la m谩xima eficiencia y apalancamiento de recursos p煤blico-privados con el fin de impulsar la inversi贸n y la creaci贸n de empleo. Los mismos objetivos, en definitiva, que permitieron aprobar el tramo reembolsable de los fondos del MRR y que, sin ning煤n lugar a dudas, constituye un hito en la construcci贸n de la Uni贸n Europea. Tan relevante ser谩 para la senda de recuperaci贸n de nuestro pa铆s la ejecuci贸n favorable de las subvenciones de acuerdo con el calendario de hitos y objetivos, como una buena planificaci贸n de este segundo tramo del MRR.

C茅sar Cantalapiedra es socio director de Afi
Diego Vizca铆no es socio director de Afi