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Mitos y falacias V: con tanta PYME no hay manera

Junio de 2022

Este mito dice así: uno de los grandes problemas de la economía española es la desproporcionada presencia de las PYME en el tejido empresarial. No estamos, sin embargo, ante una falacia, la verdad. Porque este lamento secular se expresa una y otra vez, por la casi generalidad de los analistas y responsables políticos de todo rango jurisdiccional. No sin admiración hacia los empresarios que se esfuerzan por competir desde, se argumenta, "la maldición" del reducido tamaño de sus empresas.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 había casi 3,4 millones de empresas en España. De estas, un 55,8% no tenía empleados, es decir, se trataba de trabajadores autónomos incorporados a la actividad como sociedades mercantiles, 1,9 millones de autónomos entre los 3,3 millones de autónomos que hay en nuestra economía.

Otro 40,0% del total de empresas existentes tenía entre 1 y 9 empleados, por lo que se las conoce como "microempresas" (no son "micropyme", por cierto, esto es un palabro absolutamente impropio, o se es micro o se es pyme -pequeña o mediana). Nos quedarían las empresas pequeñas, de entre 10 y 49 empleados, que representan el 3,5%; las empresas medianas, de entre 50 y 249 empleados, son el 0,59%, y las grandes empresas, de 250 y más empleados, el 0,14% restante.

Y ya está, confirmado el mito: el 99,86% de las empresas españolas tiene menos de 250 empleados, son PYME y microempresas. Esto último, por lo visto, es incluso peor que ser PYME (aunque mejor que ser "micropyme", ojo).

¿Ya está? En la mayoría de los países avanzados, las micro, pequeñas y medianas empresas representan porcentajes mayoritarios del total de las empresas, solo unas centésimas por debajo de lo que representa en España la masa de las que emplean a menos de 250 trabajadores. En todos los países, las micro, pequeñas y medianas empresas son tan abundantes como en el nuestro.

En las comunidades autónomas de Extremadura y El País Vasco, por ejemplo, el porcentaje que representan las empresas de menos de 250 trabajadores es, respectivamente, el 99,95% y el 99,82% del total.

La escala podrá determinar muchos resultados. Por ejemplo, a menor escala menor capacidad para desempeñar las funciones empresariales de la I+D, la internacionalización, la gestión financiera... Pero, como todo el mundo sabe, estas funciones se pueden externalizar muy eficientemente. Vale, pues a menor escala menor productividad, por aquello de las economías de escala, tan "marshalliano". Pero, como ya vamos sabiendo, poco a poco, la tecnología está matando las economías de escala. Lo mismo que la distancia, por cierto, algo que a muchos economistas les cuesta entender.

Retengan los datos que les he dado anteriormente de concentración de PYMES para Extremadura, El País Vasco y España. No son tan diferentes, ¿no? Pues bien, tomen estos otros datos de PIB por empleado (productividad aparente del trabajo) y por habitante (INE): el PIB por habitante fue en 2020 de 23.693 euros en España, 18.301 euros en Extremadura y de 30.401 euros en El País Vasco. En el caso de la productividad los números son, respectivamente, 58.427 euros, 50.975 euros y 78.535 euros.

Si tan decisiva fuese la concentración de las empresas por su escala, ¿creen que se podrían explicar las enormes diferencias de renta por habitante o productividad observadas entre las regiones españolas? ¿O, para el caso, las enormes diferencias de renta por habitante o productividad observadas entre los países de la OCDE, en los que la concentración por escala de las empresas es muy similar a la española? No, no se podrían explicar. Nótese que cada país puede tener rasgos muy específicos, pero que dentro de cada país, sus regiones comparten muchos rasgos comunes.

Esto nos deja ante un mito de la más fina especie, bienintencionado como el que más, pero que no se sostiene.

El problema no es la escala, mejor dicho, cada vez menos, la escala es un problema. El problema es la productividad. Y, sí, la escala está ligada a la productividad, pero las PYME vascas son mucho más productivas que las PYME extremeñas y las PYME españolas son mucho menos productivas que las PYME alemanas u holandesas.

Aunque solo tenga 40 trabajadores.

No señalemos a las empresas por ser pequeñas, si acaso, por ser poco productivas.

José Antonio Herce es socio de LoRIS