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Igualdad de género: ¿una oportunidad de inversión?

Marzo de 2022 ¿Podemos como inversores contribuir a cerrar esta brecha? Y aún más, ¿podemos como inversores aprovechar esta ineficiencia del mercado como una oportunidad de inversión? La respuesta es sí. 

Según el último estudio «Women in the boardroom», elaborado por la firma Deloitte, las mujeres ocupan sólo el 16,9% de los puestos de los Consejos de Administración y únicamente el 5,3% de los puestos de Consejero Delegado son ostentados por mujeres. Con estas cifras sobre la mesa, uno puede llegar a pensar que responden a factores puramente casuales y de poca relevancia para la gerencia de los negocios. Sin embargo, el mismo estudio reconoce que las empresas con mayor representación femenina en los órganos de gobierno generan mejores y más sólidos resultados en el largo plazo.

Y este hecho no es algo nuevo. Es decir, una toma de decisiones guiada por un pensamiento común que apenas ofrezca oposición o debate, por el simple hecho de incorporar en el grupo a individuos excesivamente similares. Esta diversidad, por supuesto, va más allá de la diversidad de género, e incluye pluralidad en términos de experiencia laboral, edad y cultura, entre otros.

El reconocimiento de la diversidad como una ventaja competitiva en el ámbito empresarial no aplica únicamente a nivel directivo, sino que afecta al conjunto de la entidad. La puesta en marcha de políticas de conciliación entre la vida personal y profesional, de igualdad salarial, de transparencia y responsabilidad, ha demostrado ser una herramienta fundamental para la atracción y retención del talento, así como para conseguir unos índices de menor rotación y mayor motivación y compromiso, que finalmente redundan en mejores resultados financieros.

Por tanto, con unos datos sobre la mesa que dejan todavía mucho margen de mejora y la firme (y avalada) convicción de que la igualdad de género favorece la gestión empresarial. ¿Podemos como inversores contribuir a cerrar esta brecha? Y aún más, ¿podemos como inversores aprovechar esta ineficiencia del mercado como una oportunidad de inversión? La respuesta es sí.

Actualmente en el mercado existen diferentes fondos de inversión y ETF que buscan invertir en compañías líderes en prácticas de igualdad. Un ejemplo es el ETF Lyxor Global Gender Equality que replica el índice desarrollado por Solactive: Equileap Global Gender Equality. Desde su lanzamiento en octubre de 2017, su evolución ha estado en línea con el mercado de renta variable global, y durante los últimos doce meses incluso unos puntos porcentuales por encima.

Evolución del ETF Lyxor Global Gender Equality frente a la categoría Afi Renta Variable Global, desde octubre 2017 hasta febrero 2022
Fuente: Afinet Planes y Fondos

Más allá de la evolución del índice frente al mercado, donde las diferencias son menos acusadas, merece la pena analizar las discrepancias que encontramos en términos de composición. A nivel compañía, la primera posición del ETF Lyxor Global Gender Equality es Orange, seguida de Vodafone, Ralph Lauren y Caixabank. En comparación con un índice de RV Global, por ejemplo, el MSCI ACWI, sorprende ver como ninguna de las FAANG se encuentra en el Top 10. De hecho, para encontrarnos con la única de las FAANG que figura en el índice tenemos que bajar hasta la penúltima posición, puesto 147, donde se encuentra Facebook (ahora Meta Platforms) con un peso del 0,47%.

Del mismo modo, la composición sectorial de la cartera es sustancialmente distinta a la del MSCI ACWI. En el índice de Solactive, el sector predominante es el Financiero con un peso del 20%, seguido de Telecomunicaciones (13%) y Consumo cíclico (12%). Mientras el sector de Tecnología de la información, que en el MSCI ACWI pesa un 22%, en el ETF de Lyxor apenas llega al 9%.

Más allá de estos contrastes a nivel composición y unos resultados financieros suficientemente sólidos, este producto de inversión también ofrece mejores métricas en términos de sostenibilidad, y en concreto, en lo que a igualdad de género se refiere: la ratio de mujeres en el consejo de administración se eleva hasta casi un 40%, frente a la media del 32% de un fondo tradicional de renta variable global.

Por último, no olvidemos que la misma lógica que aplica a la gestión empresarial, donde vemos valor en unas estructuras organizativas más paritarias, debe aplicar a la propia gestión de las inversiones. El actual porcentaje global de mujeres gestoras de fondos apenas alcanza el 12%. Y de nuevo, diferentes informes señalan que los equipos mixtos logran, en media, alcanzar mejores resultados de forma sostenida en el tiempo.

En conclusión, recordemos que podemos encontrar oportunidades de inversión que van más allá de factores puramente financieros y que además nos permiten generar un retorno, no solo económico, sino también social.

Claudia Antuña es a es socia de Afi Inversiones Globales, SGIIC.