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Mujeres afganas

Septiembre de 2021 Independientemente de donde procedamos, todas tenemos los mismos derechos.

A lo largo de la historia hemos contemplado múltiples genocidios en los que la mujer ha sido la parte más afectada. Nuestros derechos siempre han estado condicionados y se han visto salpicados por las guerras ya que, entre otras cosas, nos arrebataban nuestra libertad.

Entre 1915 y 1994 se han producido los siete genocidios más reconocidos mundialmente, entre ellos el genocidio maya en Guatemala y el armenio, destacados por ocasionar más de un millón de víctimas. El Holocausto supuso el exterminio de tres cuartas partes de los judíos europeos, seguido de los registrados en Camboya, Ruanda y la masacre de Srebrenica.

Los artículos de la afgana de 41 años Humira Saqib, activista de los derechos de las mujeres y periodista de la agencia de «Noticias de la Mujer Afgana», muestran la realidad de la situación, que dista mucho de lo que los medios oficiales cuentan.

Las mujeres afganas han vivido un espejismo durante los años de la intervención de Occidente, en los que han podido desarrollarse profesionalmente y ocupar puestos de trabajo que les estaban prohibidos por el fanatismo de los talibanes. De repente, además de enfrentarse a las muertes de sus familiares, han tenido que abandonar sus oficios y verse acusadas por ejercer unos derechos, como el del trabajo, que serían legítimos en cualquier parte del mundo civilizado.

El 18 de agosto desde #MujeresQueTransforman, hicimos un llamamiento a todas las mujeres del mundo. «Atrévete a mirarlas» tiene como objetivo exigir a los gobiernos que se les devuelva a las mujeres afganas el derecho a estudiar, a desarrollarse para que puedan transformarse y prosperar, a la libertad. Nuestro propósito era y es concienciar a la sociedad de que a las mujeres afganas se les han arrebatado sus derechos más básicos por el hecho de ser mujeres. Hemos estado con una venda en los ojos, sin ver la realidad de la situación. De ahí nace «Atrévete a mirarlas», un movimiento de concienciación para unirnos e intentar poner punto y final a esta situación.

Humira y muchas otras mujeres afganas siguen luchando para que las mujeres de su país puedan vivir en paz y con los derechos que les pertenecen. Es de admirar la capacidad de lucha y persistencia que tenemos las mujeres. No obstante, debemos de seguir luchando por nuestros derechos, ya que son nuestros y nada ni nadie puede arrebatárnoslos, y menos en nombre de ninguna religión o ideología. Todas somos mujeres, independientemente de dónde hayamos nacido, por ello debemos ayudarnos las unas a las otras.

(*) Artículo de Sofía Guerrero y Mónica Guardado.

Mónica Guardado es directora general de Afi Escuela de Finanzas