¿Qué está sucediendo con el emprendimiento en España?

Abril de 2024 El entorno emprendedor en España revela una paradoja interesante: mientras que el clima económico y las políticas de fomento a la iniciativa empresarial contribuyen positivamente a generar un mayor dinamismo emprendedor, aún persisten desafíos significativos que lo inhiben. Estos incluyen una cultura del emprendimiento poco desarrollada, un acceso limitado a financiación y una percepción acotada de las oportunidades de mercado.

A pesar de esta dicotomía, la resiliencia característica de los emprendedores españoles emerge como un factor distintivo, demostrando que, a pesar de los retos, emprender en España puede ser una inversión sostenible a largo plazo.

En 2023, la economía española experimentó un crecimiento anual del 2%, a la par que el mercado laboral continuaba creando nuevos puestos de trabajo y reduciendo su tasa de temporalidad hasta el 17% (desde el 21% registrado en 2022). Este entorno tan favorecedor, sin embargo, contrasta con los retos concretos que todavía limitan el desarrollo y la consolidación del sector emprendedor en España.

En este sentido, la proporción de adultos involucrados en actividades emprendedoras en 2023 se mantuvo por debajo de la media europea, situándose en un 6,8% en España frente al 9% de la Unión Europea. Aunque la pandemia propició un aumento en la actividad emprendedora española, persiste una brecha notable con respecto a otras economías del entorno.

Con el objetivo de fortalecer el emprendimiento en España y mejorar su posición en el panorama internacional, el Congreso de los Diputados, en el año 2023, dio luz verde a la Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes, comúnmente referida como la Ley de startups. Esta norma tiene como objetivo principal brindar soporte a las empresas de nueva creación con base tecnológica, promoviendo la atracción de talento y capital a nivel internacional. En virtud de esta ley, las nuevas empresas emergentes se verán favorecidas por incentivos fiscales y experimentarán una simplificación de los trámites y procesos administrativos requeridos para acceder a apoyos públicos. A través de estas ventajas, el nuevo marco normativo busca potenciar la iniciativa emprendedora en España. No obstante, surge una cuestión fundamental: ¿serán estas medidas suficientes para impulsar de manera integral esta transformación del ecosistema empresarial de nuestro país?

Cabe analizar qué motivos están detrás de la baja tasa de emprendimiento en España. En primer lugar, en 2023, solo un tercio de los emprendedores inició su negocio motivado por la percepción de verdaderas oportunidades en el mercado, un avance significativo desde el 16% de 2013, pero aún lejos de las cifras de otros países europeos. Esta realidad sugiere que la dificultad del tejido empresarial español para identificar oportunidades de negocio, incluso en un contexto económico favorable, puede estar frenando la inversión en nuevos emprendimientos. Por lo tanto, el éxito de las iniciativas legislativas orientadas a impulsar la iniciativa empresarial depende crucialmente de profundizar en la comprensión de las dinámicas de mercado, y conseguir revelar áreas de oportunidad aún no exploradas.

Adicionalmente, una encuesta realizada por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) sobre las percepciones del emprendimiento entre los profesionales en España, comparada con el promedio de la Unión Europea, revela que nuestro país enfrenta desafíos críticos en materia de emprendimiento que necesitan una intervención urgente. Entre estos, se subraya especialmente la dificultad para transferir la investigación y desarrollo (I+D) a las nuevas oportunidades comerciales, incluso el acceso a las mismas para las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Las razones culturales y del capital humano también juegan un papel fundamental en el ámbito del emprendimiento. En 2023, más del 9% de los titulados universitarios iniciaron un proyecto o negocio, mientras que la TAE para aquellos con formación primaria y secundaria apenas alcanzó el 5% y el 7%, respectivamente. Esta correlación entre la tasa de emprendimiento y el nivel educativo indica la importancia de integrar la cultura emprendedora en una estrategia educativa integral, que abarque desde los niveles más básicos hasta la educación superior.

Finalmente, el acceso a financiación se erige como un obstáculo crítico para el éxito empresarial. En este sentido, se observa que más de la mitad de los emprendedores financian el inicio de sus proyectos con ahorros personales, por lo que la prevalencia de la autofinanciación es abrumadora. Con tasas significativamente inferiores, las alternativas de financiación las constituyen la financiación bancaria (17% del total en 2022) y las ayudas por parte de amigos y familiares (12%). En este sentido, es importante desarrollar herramientas que permitan ampliar y diversificar las opciones de financiación accesibles para los emprendedores.

A pesar de tener una tasa de emprendimiento inferior a la media europea, España destaca por tener un tejido empresarial notablemente más resiliente. Así lo evidencian las estadísticas de cierre de negocios. Durante los años de pandemia (2020-2021), España emergió como uno de los países europeos donde los emprendedores mostraron una mayor capacidad de resistencia ante la incertidumbre , logrando sostener negocios ya establecidos y evitando la clausura de nuevas iniciativas emprendedoras. Sin embargo, el año 2022 evidenció un proceso de depuración en el ámbito empresarial, con un ajuste en el porcentaje de empresas consolidas al 7% y un incremento en la tasa de abandono empresarial al 2,5%. Pese a ello, el porcentaje de negocios que cerraron de manera definitiva se mantuvo en un 1,5%, indicando que ciertos emprendedores optan por dejar una actividad para iniciar otra, mientras que otros retoman proyectos previos.