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Balance amargo de la Conferencia de Pekín

Octubre de 2020 La violencia de género es sin duda, la expresión más extrema de la discriminación que sufren las mujeres en todo el mundo.

La violencia de género es sin duda, la expresión más extrema de la discriminación que sufren las mujeres en todo el mundo.

Antes de la pandemia, una de cada tres mujeres sufría violencia sexual o física, según datos de ONU Mujeres. Sí, han leído bien, 1 de cada 3. Estas cifras son hoy aún más dramáticas;

La COVID-19 también ha acentuado la pobreza de las mujeres. Según estimaciones de Naciones Unidas, en 2021, 47 millones de mujeres más caerán en la extrema pobreza, con lo que el total de mujeres pobres ascenderá a 435 millones.

Cuando se cumplen 25 años del aniversario de la Conferencia de Pekín, hito importante en la lucha contra la desigualdad de género, suscrita por 189 países, el balance es desolador. El 80% de los objetivos que se habían fijado, no se han cumplido.

La Conferencia de Pekín se basó en los acuerdos políticos alcanzados por 3 conferencias mundiales sobre la mujer celebradas anteriormente y consolidó 5 decenios de avances jurídicos. En esa reunión se señalaba como uno de los principales pilares para conseguir la igualdad de género, la igualdad real fijada por las leyes de los distintos países. La recientemente fallecida jueza del Tribunal Supremo de los EEUU, Ruth Bader Ginsburg, nos ha recordado la importancia de luchar desde las instituciones, y con la ley en la mano, contra la discriminación machista. Y es que como he comentado en un artículo anterior, según datos del Banco Mundial, aún hay numerosos países en los que existen leyes que no otorgan igual trato a hombres y mujeres.

El pasado 2 de octubre, en la reunión de la Asamblea de Naciones Unidas, 100 países, con la participación de un total de 173, se comprometieron a dar un impulso para conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 sobre la igualdad de género. Confiemos en que este nuevo hito fijado para 2030 suponga un avance más claro y rotundo sobre el objetivo último que es la igualdad de género, en todas sus vertientes.

Mónica Guardado es socia directora general de Afi Escuela de Finanzas