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Emprendimiento juvenil: sembrando las semillas del futuro

Abril de 2024

El emprendimiento es un motor esencial para el bienestar y la riqueza de la sociedad. En un contexto cada vez más global y competitivo y en el que la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, la capacidad de innovar y aplicar esa innovación es esencial, no solo para explotar nuevas oportunidades, incrementar la productividad y crear empleo, sino también para abordar los mayores desafíos de la sociedad como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o la creciente desigualdad social. Esta capacidad se ha convertido en elemento clave de prosperidad y ventaja competitiva para algunas economías convirtiéndolas en líderes mundiales.

Por ello, quisiera poner el foco en la situación española, preguntándonos si el nivel de emprendimiento e innovación en España es el adecuado y analizando en concreto la situación de los y las jóvenes en relación con el emprendimiento.

y muy por debajo de EU27, que era un 9,6 por ciento.

Si analizamos la iniciativa emprendedora para el grupo de edad entre 18-34 años, encontramos un desfase aun mayor, situándose en un 5,5% frente a frente al 13,14 y 15% de Alemania, Francia o Reino Unido o al 20% de Estados Unidos, según datos del GEM 2023/2024 Global Report.

Entre los factores causantes del desfase destacan los siguientes: la falta de "cultura emprendedora" y "miedo al fracaso"; la dificultad de acceso a financiación especialmente para la juventud; las barreras regulatorias, complejas y fragmentadas territorialmente y, por último, la falta de formación emprendedora y de presentación del emprendimiento como una opción laboral válida y deseable.

Si queremos mantenernos en el grupo de las economías desarrolladas debemos acelerar el ritmo y acometer ya las reformas y medidas de corrección que permitan mitigar significativamente los factores identificados.

En primer lugar, necesitamos crear un entorno favorable para el emprendimiento, aligerando las barreras administrativas, desarrollar leyes que fomenten (véase la reciente Ley de startups), favoreciendo nuevos modelos de financiación e incentivos fiscales y armonizando las leyes para generar un mercado interno único.

En segundo lugar, hay que invertir mucho más en educación emprendedora desde la escuela primaria hasta la universidad o la Formación Profesional, no solo en la adquisición de conocimientos y competencias, sino en la práctica mediante la creación de espacios de innovación y la contrastación a través de la experiencia y la mentorización de expertos.

Por último, es necesario el reconocimiento y la celebración de los éxitos de los/las empresarios/as locales y del espíritu emprendedor en sí mismo, supondrá para las nuevas generaciones disponer de referentes cercanos, también mujeres, que sirvan de ejemplo y motivación.

Estos tres ejes de actuación (apoyo institucional, formación en emprendimiento y fomento del espíritu emprendedor) resultan cruciales para la construcción de una sociedad que valora y promueve el emprendimiento juvenil como una pieza clave de progreso y, a su vez, para que los/las jóvenes se planteen el emprendimiento como una opción válida y deseable.

Es hora de sembrar las semillas de futuro en nuestros jóvenes, debemos actuar de manera rápida y coordinada, a través de la conjunción de los tres elementos de cambio podremos hacer frente al reto, convirtiendo a nuestros jóvenes en agentes de cambio y aspirando a una sociedad más próspera y resiliente.

Lucía Medina Ruiz-Mateos, directora general de Fundación Nantik Lum