Fondos europeos y capital humano
Una oportunidad irrepetible que debemos aprovechar para avanzar en capacidades digitales
Noviembre de 2022
La Comisión Europea calcula, cada año, el índice DESI (Índice de la Economía y Sociedad Digitales por sus siglas en inglés) para cada uno de los Estados Miembros de la Unión Europea. España lleva años situada en la parte superior de la tabla, quedando en el 2022 en el séptimo puesto de 27 Estados Miembros de la Unión Europea analizados. No obstante, esos resultados positivos no lo son en todos los ámbitos del indicador, y uno de los ámbitos que requiere mejora es el del capital humano.
En efecto, nos encontramos por debajo de la media de la UE en algunos ámbitos como, por ejemplo, respecto al porcentaje de especialistas TIC sobre el total de la población activa, cosa que, según el propio informe de la Comisión Europea que acompaña al DESI, "obstaculiza la productividad, especialmente para las pymes". También cabe destacar el porcentaje de personas que aún no tienen competencias digitales básicas. Si bien en ese indicador España se sitúa por encima de la media de la Unión Europea, sigue habiendo un porcentaje importante de la población (36%) que no cuenta con estas competencias que son clave. Por ello, España se encuentra aún lejos del objetivo de la Década Digital Europea de conseguir que un 80% de la población cuente con estas competencias digitales básicas. Hay un 5% de población que nunca ha utilizado internet [1]
Este es el contexto del capital humano en España respecto a la digitalización, y es en este ámbito en el que los fondos Next Generation, impulsados a nivel europeo como respuesta al impacto económico de la Covid-19, pueden tener un impacto relevante, no solo para superar el daño económico causado por la pandemia, sino para avanzar en determinados aspectos, entre ellos, el de las competencias digitales a través, como veremos, de medidas específicas. Vale la pena señalar que, de acuerdo al Informe Closingap sobre el coste de oportunidad de las brechas de género en las profesiones digitales, existe en nuestro país un importante reto en materia de desigualdades de género en esta dimensión de las competencias digitales, especialmente las avanzadas.
Comenzamos analizando brevemente la estructura del Plan. Cuenta con cuatro ejes transversales. Uno de ellos es la transformación digital de la sociedad. Este eje (al igual que los otros tres restantes) debe desplegarse a través de todo el Plan, no únicamente en las medidas más orientadas a la digitalización sino también en otras que, en principio, puedan estar más alejadas de este ámbito como puede ser la agenda urbana.
Más allá de estos cuatro ejes transversales, el Plan se estructura en diez políticas palanca en las que, de nuevo, se ve la importancia de la digitalización y la educación. Entre estas políticas, destaca la palanca VII, "Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades". No obstante, hay que recordar que, aunque estas sean las palancas principales, eso no implica que no se puedan encontrar actuaciones relacionadas con la educación en otros ámbitos del plan. Por ejemplo, en la palanca correspondiente a la competitividad de las pymes también se encuentran aspectos educativos.
Bajamos un nivel más, hasta llegar a los componentes concretos del Plan. Es especialmente relevante en el ámbito del capital humano digital, el componente 19 que es un plan en sí mismo, el Plan Nacional de Competencias Digitales. Se trata de un componente con una inversión estimada total de 3.593 millones de euros distribuidos entre 2021 y 2024 y que pone el foco en algunos de los problemas mencionados en el contexto de este artículo, como la falta de competencias digitales básicas o la falta de especialistas TIC, entre otros.
Por último, mencionamos brevemente el último nivel de este plan, el nivel en que se concretan todos estos ejes, palancas y componentes: las convocatorias. Existe un importante número de convocatorias relacionadas con las competencias digitales. Algunas de ellas se gestionan a nivel nacional, otras a nivel autonómico, algunas están destinadas a administraciones públicas, otras a empresas u ONG. También hay diversidad respecto al tipo de concurrencia, dado que hay convocatorias que se gestionan mediante concurrencia simple (basta con cumplir los requisitos para recibir la subvención), mientras que otras lo hacen mediante concurrencia competitiva, es decir, únicamente reciben los fondos los mejores proyectos que se presenten. Os invito a consultar el artículo de Tecnología para entender cómo organizamos toda la información de las convocatorias en la herramienta NGEU Assist destinada a facilitar la búsqueda eficiente de convocatorias Next Generation.
Dos ejemplos concretos de convocatorias en este ámbito pueden ser las de reskilling y upskilling de población activa en sectores específicos o las de nuevos proyectos territoriales para el reequilibrio y la equidad, destinadas a que las ONG puedan trabajar con colectivos vulnerables para favorecer su acceso al empleo.
Vemos por lo tanto que el Plan de Recuperación cuenta con numerosas oportunidades y que estas pueden beneficiar a diversas tipologías de personas y entidades: desde desempleados que quieran formarse para mejorar su futuro hasta ONG que quieren contar con más recursos para atender a colectivos vulnerables pasando por empresas que pueden financiar formación específica para sus empleados en las temáticas que más útiles les sean. Es una oportunidad para avanzar en uno de los flancos débiles que tenemos como sociedad, el de la mejora del capital humano en temáticas relevantes, entre ellas, el de competencias digitales.
Ahora queda la última parte: que las empresas, las ONG, las entidades locales, etc., se animen a informarse y a presentar proyectos a las distintas convocatorias para que estos fondos cumplan con su función transformadora y lleguen allí dónde se necesitan. Desde Afi contamos con un equipo especialista en fondos que puede acompañaros en ese proceso.
[1] Fuente: Eurostat, año 2021.