Uso de cookies

Este sitio web solo utiliza cookies técnicas propias obligatorias con la finalidad de hacer que su navegación sea segura.
Asimismo, utiliza cookies de terceros opcionales para hacer análisis estadístico de las visitas a la web y conocer su usabilidad.
Si desea más información o cambiar la configuración de su navegador, puede visitar nuestra Política de Cookies.
Pulse el botón "Rechazar cookies opcionales" o "Aceptar todas las cookies" para confirmar que ha leído y aceptado la información aquí presentada.

Las palabras importan

Noviembre de 2022

Hace unos meses decidí enfrentarme a un libro bastante conocido pero que, en mi opinión, requiere dedicación y paciencia intelectual para leerlo, disfrutarlo y asimilar su contenido: "Pensar rápido, pensar despacio" del premio Nobel de Economía Daniel Kahneman. Interesante explicación, sustentada en experimentos, sobre cómo funciona nuestra mente.

Uno de los experimentos incluidos es el de un grupo de estudiantes a los que se da una serie de palabras pidiéndoles que escriban frases con las mismas. Algunos de estos estudiantes reciben palabras asociadas con la ancianidad como olvido, arrugas o canas. Después de construir las frases se pide a los estudiantes ir a otra sala para continuar con el experimento. Los estudiantes expuestos a palabras asociadas con la vejez realizan el trayecto más despacio, pero no son conscientes de ello. Es el efecto priming que se utiliza, entre otras áreas, en la publicidad. Incidir en nuestro comportamiento, sin que seamos plenamente conscientes, a través de estímulos externos, entre ellos, las palabras.

Emilio destacaba por su generosidad, su compromiso con la innovación, divulgación, formación e inclusión financiera. Era catedrático y empresario, rara avis, y una persona que defendía una ética de trabajo basada en el conocimiento, la excelencia, el trabajo continuo, la honestidad y la independencia.

Unir su nombre al de la fundación puede sonar redundante, pero es más bien un pleonasmo, es sumar con la intención de hacer aún más explícito, si cabe, el compromiso de nuestra fundación con todos los valores que Emilio representaba y que son nuestra esencia. Es recordarnos en el día a día que todas nuestras acciones como fundación deben transmitir y contribuir a extender estos valores en la sociedad. Es transmitir a los más jóvenes, con el apoyo de la innumerable cantidad de discípulos que tuvo Emilio, que es posible emprender y aplicar la economía manteniendo principios de honestidad y contribución social, y no solo un desiderátum de las nuevas generaciones. Es recordar que la excelencia, el esfuerzo y el conocimiento tienen impacto social. Es saber que la generosidad, el ayudar a los demás, el estar disponible es un valor y tiene un retorno.

Me inclino a creer que a Emilio le horrorizaría ver algo que lleva su nombre. Ahora bien, teniendo en cuenta la psicología de las palabras, y al tratarse de una buena causa -incidir también a través de las palabras en los cambios de comportamiento-, es probable que nos perdone la licencia.

Y es que las palabras sí que importan.

Adriana Scozzafava es directora general de Fundación Afi.