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Planificación financiera

Herramienta para enfrentar el gran desafío de los próximos años

Octubre de 2022
La planificación financiera personal consiste en diseñar una ruta de compromisos a lo largo de nuestras vidas profesionales que sean medibles y alcanzables, además de revisados regularmente para que los resultados no se alejen de los objetivos iniciales.

Los más recientes estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalan que alrededor del 90% de la población mundial no está cubierta por programas de pensiones que le puedan proporcionar un ingreso suficiente de jubilación. El grave problema de la insuficiencia de recursos para garantizar una pensión digna se agudiza si se considera que las proyecciones demográficas señalan que para el año 2040 el porcentaje de personas de más de 65 años aumentará en todo el mundo del 8% actual al 14%.

En América Latina muchos países han logrado importantes avances para enfrentar este reto al realizar reformas a sus sistemas de pensiones durante las últimas décadas, los cuales se basan en cuentas de ahorros individuales. Sin embargo, la cobertura de la población que cuenta con este beneficio es muy baja debido a la gran cantidad de personas que trabajan en la economía informal. Según las últimas estimaciones, en promedio más del 60% de los trabajadores activos de la región pertenecen al sector informal. Por otra parte, la población que sí tiene una cuenta de ahorro individual para su pensión no recibirá un ingreso suficiente para mantener el nivel de vida que acostumbraba previo a su jubilación. Es por ello que resulta de vital importancia crear conciencia en la población de la necesidad de contar con un plan financiero bien estructurado que permita generar los recursos suficientes para alcanzar una etapa de retiro sin sobresaltos.

La planificación financiera personal consiste en diseñar una ruta de compromisos a lo largo de nuestras vidas profesionales que sean medibles y alcanzables. Para ello es necesario que nos detengamos a reflexionar cuáles son las metas que nos vamos a fijar y cuáles son los gastos de los que podemos prescindir. En resumen, un plan financiero personal debe considerar las siguientes actividades:

  1. Analizar las finanzas personales. La mayoría de las personas no tienen un conocimiento real de cómo se integran los flujos de ingreso y egreso en su ámbito familiar. Por lo general la gente acostumbra realizar compras que no tenía planeadas, sólo por el simple hecho de que en ese momento tiene el dinero disponible y desea gastarlo. Para tomar el control de nuestras finanzas personales es necesario conocer a fondo nuestros ingresos, gastos y deudas.
  2. Priorizar gastos.
  3. Controlar y minimizar deudas.
  4. Definir un presupuesto para generar ahorro.
  5. Realizar una estrategia de inversión.El proceso de inversión es lo que nos va a permitir que el dinero trabaje para nosotros. En principio, es importante definir nuestro perfil de riesgo, el cuál dependerá del plazo de nuestros objetivos (corto, mediano y largo plazo). Mientras más corto sea el plazo de nuestros objetivos, la tolerancia al riesgo será menor, y viceversa. Esa es la razón por la cual los fondos de pensiones para gente joven permiten en sus portafolios un mayor peso en instrumentos considerados de alto riesgo como lo son las acciones. El mercado de deuda o de bonos (renta fija) es el más adecuado para personas con alta aversión al riesgo, sobre todo cuando se trata de títulos con vencimiento de corto plazo. Una vez que se ha determinado la tolerancia al riesgo, es necesario explorar los medios que utilizaremos para realizar dicha inversión. En México existe una excelente alternativa llamada Cetes Directo, en la cual las personas físicas pueden abrir una cuenta y participar directamente en las subastas de valores gubernamentales sin tener que pagar ningún tipo de comisión. Otra opción es invertir en fondos de inversión, los cuales ofrecen una adecuada diversificación y rendimientos razonables. Para personas con mayor conocimiento financiero una mejor alternativa podría ser abrir una cuenta con un intermediario financiero y conformar un portafolio a través de Exchange Trade Funds (ETF), ya que dichos instrumentos ofrecen las mismas ventajas que los fondos de inversión pero con menores comisiones. Sin duda, la alternativa más práctica de inversión es realizar aportaciones voluntarias al fondo o plan de pensiones propio. Sin embargo, hay que considerar que invertir a través de este medio nos quita flexibilidad financiera, ya que no permite disponer de esos recursos en el corto y mediano plazo.

Finalmente, hay que considerar que las cinco actividades antes mencionadas se deben revisar de forma permanente para que los resultados no se alejen de nuestros objetivos iniciales.

Mauricio Iracheta es profesor de Afi Escuela México