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No hablamos de caridad

Septiembre de 2022

"Esto no es caridad. Esto es un negocio: un negocio con un objetivo social, que es ayudar a las personas a salir de la pobreza". - Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006.

Esto son las microfinanzas, un negocio. Un negocio que permite obtener financiación a personas que no la tendrían a través de los canales financieros tradicionales. Dándoles oportunidad de crear un pequeño negocio, o autoempleo, que les proporcione ingresos para vivir.

Si bien los datos de Findex 2021 muestran una evolución positiva en el incremento de la bancarización a nivel mundial, un 24% de la población sigue sin estar bancarizada. La mayor parte vive en zonas rurales y son jóvenes o mujeres.

Las microfinanzas son un instrumento que permite avanzar en este grado de bancarización, contribuyendo a romper el círculo vicioso al que muchas veces están abocadas estas personas, recurriendo a prestamistas no supervisados. Adquiriendo deudas cuyas condiciones solo ayudan a perpetuar una situación de cada vez mayor pobreza.

Esta es una de las razones por las que desde Fundación Afi hemos retomado este año el programa de voluntariado corporativo que desarrollamos en Latinoamérica durante el verano.

Dedicarse al negocio de los microcréditos supone para una entidad retos importantes en términos de rentabilidad, capilaridad y músculo financiero. Hablamos de operaciones de poco volumen, dirigidas a una población principalmente en zonas rurales, dispersa, y que requiere que la microfinanciera tenga acceso estable a recursos financieros que hagan viable su actividad.

Es clave en este sentido contar con una estructura ligera en términos operativos, para optimizar costes, y a la vez robusta en términos de gobierno y procesos, que dé credibilidad a la institución. En este contexto la tecnología ha pasado a ser un gran aliado.

Temas como el grado de grado de penetración de los móviles - un 91% de las personas a nivel mundial tienen un móvil - y el abaratamiento de los medios informáticos, facilitan la llegada a los potenciales beneficiarios y permiten digitalizar la actividad con el doble propósito de abaratar costes y reforzar la estructura operativa y de reporte.

Este año hemos tenido el privilegio desde Fundación Afi de haber trabajado con tres entidades en México, cuyo foco es el microcrédito productivo, trabajando en iniciativas de digitalización para mejorar capacidades internas, de refuerzo de su estructura de reporte y gobierno y en definitiva de fortalecimiento de sus estructuras para facilitar el acceso a fuentes de financiación. Confiamos haber contribuido a ese propósito.

Lo que queda es lo que has hecho por los demás.

Adriana Scozzafava es directora general de Fundación Afi