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El cisne marr贸n

Agosto de 2021 Nada de esto se improvisa. Los nacederos de la PTF son la innovación, la investigación, el emprendimiento, la inversión en tecnología, la transformación radical de los negocios

El cisne marr贸n no existe, aunque muchas especies del g茅nero Cygnus exhiben este car谩cter crom谩tico en sus cuellos, plumas o plumones, en distintas etapas de su desarrollo. Pero un cisne enteramente marr贸n es muy raro de ver.

No obstante, dentro de la licencia que me he tomado en esta serie, afirmo que hay problemas econ贸micos que constituyen un aut茅ntico marr贸n cuando estos problemas son generalizados y se va dejando su soluci贸n para los que vienen detr谩s, una y otra vez, con lo que 芦el marr贸n禄 se hace cada vez m谩s grande hasta que estalla en nuestras manos. El cisne marr贸n existe y sobrevuela majestuoso sobre los asuntos de los humanos, quienes los alimentamos op铆paramente.

Y, a tenor tambi茅n, de lo que es la clave anal铆tica de esta serie, resulta que esos cisnes raros son m谩s frecuentes de lo que se cree al tiempo que lo realmente raro, en econom铆a al menos, es el cisne blanco. En verdad, hay muchos cisnes marrones, demasiados.

Desde la situaci贸n de la administraci贸n p煤blica a la financiaci贸n auton贸mica pasando por la sostenibilidad de las pensiones, la reforma del gobierno de los jueces o la reforma de la educaci贸n. En todos estos casos y en los que caben entre ellos y alrededor, se va dejando la soluci贸n a los que vienen, se les pasa el marr贸n. Pero en lo que quiero simbolizar todos estos casos es en el problema severo de productividad que tenemos en la econom铆a espa帽ola.

Numerosos estudios que, afortunadamente, se van popularizando en nuestro pa铆s han recalcado solventemente que la 芦productividad total de los factores禄 (PTF) de la econom铆a espa帽ola lleva estancada o en regresi贸n desde mediados de los a帽os ochenta del siglo pasado. El PIB por ocupado (o por hora de trabajo efectivo) ha aumentado, claro que s铆, pero porque la econom铆a se ha capitalizado masivamente en el periodo, de muchas maneras y la productividad del capital se incorpora a la productividad aparente del trabajo, aument谩ndola. Pero una vez que se le da al capital lo que es del capital (estad铆sticamente hablando, que no quiero meterme en l铆os) pues resulta que todo lo que no sea acumulaci贸n de trabajo o capital brilla por su ausencia. La acumulaci贸n de conocimiento y otros intangibles, por ejemplo.

Esto es grave, y pasa constantemente. Pero pasa desapercibido porque las cohortes de trabajadores se suceden, cambian los comercios del barrio, se hacen m谩s obras p煤blicas, tenemos m谩s rotondas o kil贸metros de v铆a f茅rrea, redecoramos las viviendas. Pero vamos postergando la acumulaci贸n del factor de todos los factores: el conocimiento. Pasamos ese marr贸n a los que nos siguen. Grave error. Porque si los que nos siguen est谩n (es un decir) peor formados que nosotros, por ejemplo, no van a poder manejar el bulto mejor que nosotros.

Los nacederos de la PTF no son inmutables, algunos se secan con el tiempo, aunque se les cuide, pero m谩s si no se les cuida. Otros brotan cuando, o donde, menos se lo espera uno y conviene hacer prospecciones de vez en cuando por si se descubre una emergencia en el terreno.

Nada de esto se improvisa. . La educaci贸n, por supuesto, que conduce a todo lo anterior. Y lo que los encauza evitando la evaporaci贸n y el desperdicio del flujo que aquellos generan son las buenas instituciones, no las instituciones bloqueadas o secuestradas por intereses espurios, la falta de competencia o las subvenciones inmerecidas o los impuestos confiscatorios.

La sociedad de consumidores, ahorradores, inversores (todos podemos serlo a la vez) tambi茅n tiene su algo que decir en este proceso. Sus decisiones determinan en alguna medida las asignaciones de los recursos. El voto con los pies y con el bolsillo en los mercados, las corporaciones las instituciones es clave para hacer que unos agentes desaparezcan y otros fluyan. Pero no es tan f谩cil lograr que las elecciones sociales se alineen con la necesaria emergencia de los nacederos de la PTF. Hace falta mucho, pero mucho, trabajo para la alfabetizaci贸n econ贸mica de la poblaci贸n, la formaci贸n avanzada de los j贸venes y la distribuci贸n del conocimiento entre todos y con el esfuerzo de todos. El conocimiento no se inocula como si fuera una vacuna contra la ignorancia, hay que trabaj谩rselo cada uno.

Si seguimos sin ver que el vuelo recurrente del cisne marr贸n no augura nada bueno, acabaremos por ver como aquel estalla atiborrado de comida basura encima de nuestras cabezas.

Jos茅 Antonio Herce es socio de LoRIS