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Metodologías activas de aprendizaje «online». Un reto para la enseñanza de perfiles senior

Abril de 2020
Los formatos de contenido «online», están muy en auge y más en situaciones como las que vivimos actualmente, donde los momentos de confinamiento no son ningún impedimento para seguir aprendiendo, formarse y hacerlo de manera global en cualquier escenario y con compañeros de cualquier lugar del mundo.

¡La letra con sangre entra! Cuantas veces escuché a mi abuelo comentar esta frase y enseñármela, con toda su humildad posible y siempre desde la óptica en la que él entendía que era la mejor forma de aprender. En ese momento no sabía responderle y, simplemente, me limitaba a memorizar una y otra vez: las tablas de multiplicar, los versos de Gloria Fuertes, los planetas por orden de cercanía a la Tierra, y así hacía, de manera repetitiva, con todo aquello que debía aprender y, sobre todo, plasmar en una hoja en blanco a la que llamaban examen.

Pues bien, muchos años han tenido que pasar para poder responder a mi abuelo y, especialmente, hacerle entender que, tal vez, puedan existir otras formas de aprendizaje que permitan aprender de manera más duradera, más significativas y, especialmente, haciendo referencia a un contexto social cercano en el que cada uno nos desenvolvemos. Y es que además existen otras formas de evaluar mi aprendizaje.

Ahora puedo sentarme con él y explicarle que ya no utilizo los libros que él empleó y que yo tantas veces utilicé y porté en mi pesada mochila. Ahora puedo contarle que lo tengo todo en dos sitios principales: mi móvil y mi «corazón». Sí, mi corazón también. Con el móvil soy capaz de acceder a todos los contenidos que deseo de forma online, de manera inmediata y en numerosos portales: unos gratuitos, otros de pago. Pero, escojo siempre aquellos contenidos y formatos que logran motivarme y «enamorarme». Sí, yo que aprendo a diario y que ya tengo un cerebro adulto.

Para conseguir aprender necesito ver y sentir, no solo con palabras, lo que tengo delante. Necesito hacerme una idea mental (un mapa) de cada parte y descubrir la relación entre conceptos y su práctica (pensamiento visual). Necesito interactuar con mi contenido: visionarlo con un vídeo interactivo, evaluarme con mis compañeros de manera cooperativa, «jugar» con ellos mientras aprendo a través de entornos gamificados, ponerme a prueba por medio de retos de aprendizaje, descubrir historias asociadas a problemas complejos. También me gustan los contenidos que me enseñan a tomar decisiones y lo hago mejor por medio de paisajes de aprendizaje que me guían los caminos a escoger en función de mis habilidades técnicas y transversales (aquellas que hacen funcionar mi hemisferio derecho y mi amígdala -«la de las emociones»). Me gusta sentir que aprendo con firmeza, excelencia, pero también con emoción.

Es por ello, o así lo considero, que actualmente, los formatos de contenido online, están muy en auge y más en situaciones como las que vivimos actualmente, donde los momentos de confinamiento no son ningún impedimento para seguir aprendiendo, formarse y hacerlo de manera global en cualquier escenario y con compañeros de cualquier lugar del mundo. Pero no vale cualquier contenido online, no funciona todo. Deben ser contenidos enriquecidos, muy adaptados al cambio, a la sociedad líquida en la que vivimos y a las nuevas formas de procesar la información para luego almacenarla y transformarla en hechos/tareas profesionales. Deben seguir un orden lógico y saberse encoger en cada caso. Deben hablar de historias en primera persona y deben conseguir transmitir. Sólo debemos pensar, por ejemplo, en cómo recibimos las últimas noticias de alto impacto social provocados por la pandemia mundial sufrida, cómo estamos aprendiendo nuevos conceptos médicos, económicos y sobre nuestro vecino: cómo aprendemos a través de las emociones , es lo que llamamos aprendizaje significativo.

De manera resumida se pueden destacar las siguientes metodologías activas más empleadas: Storyboard, Storytelling, Design thinking, Pedagogía flexible, Aprendizaje adaptativo, Gamificación, Learning by doing, Aprendizaje por proyectos y retos, Agile y Scrum. Muy útiles entornos online. Todas ellas, además, deben considerar siempre como foco central al estudiante y su experiencia de usuario virtual. y, todo ello, con un buen elenco de profesorado con gran rigor y accesible detrás de la pantalla.

Todas ellas funcionan. Pero hay que enseñar a emplearlas, hay que saber entender a los perfiles profesionales que tenemos enfrente, la mayoría con variedad de conocimientos adquiridos previamente, larga experiencia y un sinfín de formaciones de todo tipo recibidas. No es un reto solo de alumnos, sino que en este ciclo estamos todos inmersos: los profesores y expertos en materias, los facilitadores y los propios estudiantes también tenemos mucho que enseñar y aprender.

El gran desafío, bajo mi punto de vista, está en luchar contra la resistencia al cambio. Un cambio no tan drástico, no todo ha de ser «no tradicional» ahora, pero se debe tener una buena combinación de metodologías tradicionales VS activas. Y esto será fundamental en el mundo online en el que todos nos encontramos. Simplemente debemos desaprender un poco para volver a aprender de manera activa también.

Y esto fue lo que le pude responder a mi abuelo recientemente, a través de un esquema visual. Creo que consiguió aprenderlo.

Sandra Valera
Sandra Valera es consultora de Formación online de Afi Escuela de Finanzas.