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¿Qué pasa con «Libra»?

Septiembre de 2019
Facebook sacudió el panorama financiero al presentar el pasado mes de junio, «Libra» (≋), su nuevo proyecto de criptomoneda digital y global, respaldada por una cesta de activos subyacentes y construida sobre la base de la tecnología Blockchain. La reacción de las autoridades al anuncio del proyecto no se ha hecho esperar, mostrando preocupación sobre su eventual efecto sobre las políticas monetarias y la concentración de poder de mercado en un reducido número de empresas. De hecho, el pasado 16 de julio, Facebook anunció la paralización del proyecto hasta que se resuelvan las dudas regulatorias y se obtengan las licencias pertinentes.

Libra podría enmarcarse en la categoría de stablecoins, criptomonedas respaldadas por un colateral (activos financieros, oro, ...), diseñadas para minimizar su volatilidad y evitar grandes fluctuaciones en su valor. El respaldo de la nueva criptodivisa sería la Reserva Libra, que acumularía activos reales, estables y de buena reputación, como depósitos bancarios y bonos soberanos con baja inflación y bajo riesgo de impago.

El proyecto contempla que Libra esté gestionada por un consorcio de grandes multinacionales agrupadas bajo la Asociación Libra (organismo independiente y sin ánimo de lucro, con sede en Ginebra, administrador de la Reserva Libra), entre las que se encontrarían los 28 miembros fundadores (Visa, Mastercard, eBay, Lyft, Uber o Spotify, entre otras) y el resto de los 100 miembros a los que el proyecto tiene previsto incorporar antes de 2020, únicos autorizados a ejercer de nodos validadores de las transacciones. El patrimonio de la Reserva Libra provendría de las inversiones de los socios y de los propios usuarios de la criptodivisa al intercambiar sus monedas por Libra.

Libra frente a otras formas de dinero

El dinero fíat es el dinero en curso legal cuyo valor no deriva de un activo subyacente, sino por el hecho de ser emitido y respaldado por un gobierno, por lo que su control está centralizado y depende de los Bancos Centrales que deciden el nivel de oferta (pudiendo ser infinita).

Comparativa dinero Fíat frente a monedas virtuales
Fuente: Afi.

En 2009, se lanzó Bitcoin , la criptomoneda más extendida hasta el momento. Su control está descentralizado y no depende de ninguna institución ni ente público; su oferta está limitada a 21 millones y el emisor de nueva moneda es la propia red. El valor de bitcoin, al no estar respaldado por ningún subyacente, es muy volátil. A diferencia de bitcoin, Libra estaría centralizada, controlada y gestionada por la Asociación Libra, con valor estable.

Marco legal

La Directiva 2018/843 establece que las monedas virtuales son la «representación digital de valor no emitida ni garantizada por un banco central ni por una autoridad pública, no necesariamente asociada a una moneda establecida legalmente, que no posee el estatuto jurídico de moneda o dinero, pero aceptada por personas físicas o jurídicas como medio de cambio y que puede transferirse, almacenarse y negociarse por medios electrónicos». No son, por tanto, dinero electrónico, definido por la Directiva 2009/110/CE como «todo valor monetario almacenado por medios electrónicos o magnéticos que representa un crédito sobre el emisor, se emite al recibo de fondos con el propósito de efectuar operaciones de pago (...) y que es aceptado por una persona física o jurídica distinta del emisor de dinero electrónico». Esta definición es la que llevó al Tribunal Supremo, en su Sentencia 326/2019, a tomar la decisión de que el Bitcoin no se pueda equiparar al dinero a efectos de responsabilidad civil.

Dicho esto, con Libra surgen varias dudas ya que está contemplado que se emita al recibo de fondos: la única forma de crear nuevas Libras (emisión) sería con dinero fiat y con un aumento de las inversiones de las compañías de la Asociación Libra. De este modo, y atendiendo a las definiciones legales, Libra presentaría características ligadas tanto a las criptomonedas como al dinero electrónico, por lo que, sin una nueva categorización regulatoria, Libra carecería de certidumbre jurídica en el marco de la Unión Europea.

Niveles de actividad a desarrollar en torno a Libra

Son fundamentalmente tres los escenarios en los que podría convertirse Libra, en función del desarrollo, grado de adopción y modelo de negocio que pueda alcanzar Libra.

  • Nivel 1: Medio de pago

Las BigTech típicamente han entrado en los servicios financieros una vez obtenida una buena base de clientes y el reconocimiento de su marca. Recordemos que Facebook consiguió, en 2016, licencia del Banco Central de Irlanda para operar como Entidad de Dinero Electrónico (EDE) en Europa. Con Libra, entrarían de lleno en los servicios de pago a nivel mundial, compitiendo así con sus rivales más fuertes, las chinas WeChatPay (perteneciente al grupo Tencent) y Alipay (Alibaba). Libra intentara aprovechar la red de usuarios globales de Facebook para ofrecer sus servicios financieros y convertirse así en el «Wechat occidental», compitiendo con los medios de pago bancarios y con money transfer operators (MTO) como MoneyGram y Western Union.

La perspectiva de una alta penetración de Libra en ausencia de una moneda digital alternativa soberana parece bastante probable, habida cuenta de las ventajas que ofrece: nuevo método de pago asequible (comisiones muy bajas), rápido (transferencias inmediatas), global (a cualquier parte del mundo), estable (baja volatilidad), sencillo (tan fácil como enviar una imagen por Whatsapp), seguro (cuenta con tecnología Blockchain) y usable (sobre Libra se crearían productos y servicios para pagar con la nueva criptomoneda).

  • Nivel 2: Marketplace

Facebook pretende desarrollar un modelo de negocio como el de WeChat, el «Whatsapp chino», que comenzó siendo una aplicación de mensajería y hoy es un Marketplace donde se integran redes sociales, servicios financieros y otros servicios ecommerce.

Bajo el enfoque de Marketplace, el ecosistema Libra conformado originalmente por las 28 empresas fundadoras, se pondría de manifiesto, materializado en un wallet digital -Calibra.

  • Nivel 3: Captación de depósitos

Las BigTech hasta la fecha han incursionado en la industria de los servicios financieros, fundamentalmente de pagos, por la vía de las licencias de Entidades de Dinero Electrónico (EDE), que llevan aparejada una regulación menos estricta que las licencias bancarias y que no permite la captación de depósitos. De este modo, si el proyecto de Libra aspirara a trascender a los pagos y ofrecer una amplia gama de servicios financieros, tendría que obtener la correspondiente licencia bancaria.

Riesgos del proyecto, y reticencias de los reguladores

Las principales críticas son:

  • Estabilidad financiera y seguridad del sistema

Las implicaciones que tendrían Libra serían potencialmente sistémicas. Si Libra se convirtiera en la moneda dominante, ¿qué pasaría con la economía global cuando Facebook y demás empresas de la Asociación Libra presentaran sus resultados? ¿qué sucedería cuando Facebook o Calibra experimentaran caídas de sus servidores o fueran víctimas de robos y hackeos? ¿se convertiría Libra en un monopolio? ¿qué pasaría si el sistema Libra quebrase? ¿cuánto costaría una alteración en el sistema de Libra?

  • Efectividad de la política monetaria

Hasta el momento, las criptomonedas no han alcanzado un nivel suficiente como para inquietar a los Bancos Centrales, pero la entrada de Facebook, una de las mayores compañías del mundo con una potente base de clientes a nivel global, pone en estado de alerta a la mayoría de ellos.

Los usuarios de la nueva criptomoneda podrían optar por mantener su dinero en Libras en lugar de sus monedas nacionales, deteriorando la eficacia de los Bancos Centrales en su conducción de la política monetaria ya que la creación de dinero estaría en manos de la Asociación Libra. Si Libra se volviera más estable que las monedas nacionales, comenzaría a usarse, no solo como medio de pago, sino también como depósito de valor.

Niveles de actividad a desarrollar en torno a Libra (≋)
Fuente: Afi.
  • Privacidad de los usuarios y AML/CFT

El libro blanco de Libra establece los controles de seguridad contemplados para cumplir con las reglas vigentes de Conoce a Tu Cliente (KYC, por sus siglas en inglés), Prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo (AML/CFT) y demás regulaciones vigentes, pero sin definir sus propias responsabilidades.

La crisis reputacional de Facebook motivada por la desconfianza en torno a su tratamiento de la privacidad y tratamiento de los datos de sus usuarios (recordemos el caso de Cambridge Analytica) es un elemento que ha motivado la introducción de la tecnología blockchain y el desmarque del control absoluto de Libra, asociándose con otras empresas de prestigio, si bien el wallet Calibra sí es una filial controlada al 100% por Facebook.

Conclusiones

En definitiva, desde hace tiempo se ha podido observar la inclusión de las BigTech en los servicios financieros, con iniciativas de diferente índole. El proyecto Libra, tal y como se ha presentado, supone el más ambicioso hasta el momento, y el que más atención ha captado.

Pese a los beneficios que presenta el sistema Libra, las autoridades monetarias, ante su obligación de preservar la estabilidad de los sistemas financieros y por los riesgos asociados a las stablecoins, pueden optar por medidas restrictivas, desde la creación de nuevos requerimientos normativos para la moneda hasta la prohibición definitiva.

La búsqueda de un equilibro regulatorio que fomente la innovación sin descuidar la estabilidad financiera y protección a los usuarios de servicios financieros es uno de los retos más relevantes que hoy en día enfrentan los reguladores y supervisores ante la irrupción de nuevos actores y nuevos activos, de la mano de las grandes empresas tecnológicas globales.

Beatriz Castro es consultora del área de Serviciones Financieros de Afi.
Verónica López es consultora del área de Economía Aplicada de Afi.
Federica Troiano es consultora del área de Servicios Financieros de Afi.