Uso de cookies

Este sitio web solo utiliza cookies técnicas propias obligatorias con la finalidad de hacer que su navegación sea segura.
Asimismo, utiliza cookies de terceros opcionales para hacer análisis estadístico de las visitas a la web y conocer su usabilidad.
Si desea más información o cambiar la configuración de su navegador, puede visitar nuestra Política de Cookies.
Pulse el botón "Rechazar cookies opcionales" o "Aceptar todas las cookies" para confirmar que ha leído y aceptado la información aquí presentada.

Consolidación del censo asegurador español

Marzo de 2018
La evolución experimentada por la industria aseguradora española en las tres últimas décadas no ha estado exenta de desafíos. Uno de ellos surge del nuevo marco regulatorio, cada vez más exigente en requerimientos de muy diversa índole, como los contables, de solvencia, gobierno corporativo o distribución de seguros. Su cumplimiento no siempre resulta tarea fácil para todas las compañías, lo que puede propiciar una mayor consolidación del censo asegurador español, que ha registrado una reducción del 24% en la última década.

La industria aseguradora española ha exhibido una tendencia hacia la concentración durante los últimos treinta años. Conforme a los datos de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), en 1985 había registradas en España 557 compañías, mientras que a finales de 2017 la cifra se reducía a 228 entidades operativas. Ello constituye una racionalización de más de la mitad de compañías en las tres últimas décadas, si bien conviene precisar que desde 2004 el número de firmas se ha reducido un tercio, con especial impacto de la reestructuración del canal bancaseguros.

Pese al ajuste, el tamaño medio de la mayor parte de aseguradoras nacionales sigue siendo moderado en relación con otros países del contexto europeo. Mientras que en España la media de primas por compañía es de 278 millones de euros, en Alemania y Francia esta cifra ronda los 350 millones, y en Italia y Reino Unido roza los 650 millones[1].

Evolución del censo asegurador en España, 2006 - 2017
Entidades de seguros privados clasificadas por su forma jurídica 2016 - 2017
(%)
Entidades 2006 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
1 Millones de euros. 1 Millones de euros por compañía. * Dato estimado de ICEA; provisional a 22 de enero de 2018.
Fuente: Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).
   Sociedades anónimas 207 195 188 183 178 168 156 147 145 -30
   Mutuas 38 35 34 32 32 31 31 31 31 -18,4
   Mutualidades de previsión social 51 55 55 53 52 53 50 50 49 -3,9
   TOTAL ENTIDADES SEGURO DIRECTO 296 285 277 268 262 252 237 228 225 -24,0
   ENTIDADES REASEGURADORAS 2 2 2 2 2 3 3 3 3 +50,0
TOTAL ENTIDADES DE SEGUROS 298 287 279 270 264 255 240 231 228 -23,5
   PRIMAS SEGURO DIRECTO 1 53.925 58.373 61.053 57.745 56.263 56.016 57.073 64.921 *63.392 +20,4
PRIMAS / ENTIDADES DE SEGUROS 2 181 203 219 214 213 220 238 281 278 +53,6

El tamaño medio hay que ponerlo en contexto con el elevado grado de concentración del negocio asegurador en España, donde el 80% del volumen total de primas corresponde a los veinte primeros grupos, con lo que el 20% restante se distribuye en 208 compañías.

El menor tamaño medio influye definitivamente en la capacidad de respuesta de las compañías a los cambios regulatorios. Al igual que ocurrió con la implementación de la Directiva Solvencia II, la absorción de la regulación conlleva una importante dotación de recursos humanos, materiales y técnicos para su correcta consecución. Ello no siempre es posible para todas las compañías aseguradoras, ya que aquellas de menor tamaño soportarán un coste superior en comparación con su estructura. En el caso de Solvencia II, la propia normativa contempló un régimen de medidas transitorias para articular una adaptación durante 16 años a aquellas compañías con menor capacidad. Por ello, frente a lo inicialmente previsto, los mayores requerimientos de capital quedaron minimizados como reclamo del proceso de fusiones. En cambio, los mayores requisitos de control interno y de reporte de información (tanto al supervisor como a los clientes), unidos al elevado número de operadores existentes, la mayor presión de nuevos competidores y al sólido nivel de solvencia actual constituyen elementos de envergadura que avalan una continuidad en la tendencia de consolidación del sector asegurador español.

El impacto de la innovación y de los nuevos competidores

El dinamismo exhibido por el seguro español durante los últimos treinta años ha estado acompañado asimismo de la innovación, con un alcance ligado a múltiples ámbitos como la gestión organizativa o los modelos de negocio, cada vez más enfocados en la personalización de la oferta. En este sentido, además de las soluciones multiacceso (que implican que un cliente pueda optar por la vía contacto que estime más oportuna -oficina, teléfono, Internet...-), se advierten grandes impactos en el sector derivados de tecnologías disruptivas como el Big Data. Es decir, la recolección de grandes conjuntos de datos procedentes de múltiples fuentes como sensores, medios sociales, transacciones, señales de teléfonos, etc., cuyo tratamiento y análisis ofrece información, patrones y correlaciones que permiten, por ejemplo, segmentar mejor a los clientes. En este contexto, el InsurTech, entendido como la conjunción de la tecnología e innovación aplicada a la industria aseguradora, se advierte como una importante fuente de transformación del sector. Las posibilidades son considerablemente amplias, abarcando ámbitos como la optimización de la experiencia de usuario, la simplificación de procesos, la reducción de costes operativos, o la fidelización de clientes, entre otros.

Pero el ecosistema InsurTech no queda acotado a las grandes compañías aseguradoras, sino que también entran en juego otros actores: las startups, que ofrecen nuevos productos digitales, e incluso aportan valor añadido a los ya existentes; o los gigantes tecnológicos que están aprovechando su liderazgo tecnológico para diversificar su actividad. En definitiva, se trata de nuevos competidores en un sector donde la fuerte presión regulatoria todavía adolece de incertidumbre con respecto al fenómeno InsurTech. Así, la regulación tendrá que evolucionar para garantizar un equilibrio adecuado entre el mantenimiento de la protección de los asegurados sin menoscabar indebidamente la innovación, todo un desafío para el sector y el regulador.


[1] Datos a partir de autoridades supervisoras nacionales:
    España: Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP)
    Alemania: Federal Financial Supervisory Authority (BAFIN)
    Francia: Autorité de contrôle prudentiel et de résolution (ACPR)
    Italia: Istituto per la Vigilanza sulle Assicurazioni (IVASS)
    Reino Unido: Prudential Regulation Authority (PRA)


Pablo Aumente es consultor del área de Seguros de Afi.