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Las finanzas sostenibles en la Uni贸n de los Mercados de Capitales

Febrero de 2018 芦Hoy son varios los riesgos expresivos de lo fr谩gil que es la prosperidad禄

La desestabilizaci贸n del planeta hace tiempo que dej贸 de ser una amenaza hipot茅tica. Hoy son varios los riesgos que han dejado constancia de su virtualidad: el cambio clim谩tico es uno de los m谩s expl铆citos y documentados, pero tambi茅n otros como las alteraciones en el uso de la tierra, la p茅rdida de biodiversidad y el deterioro de los recursos naturales. En el 谩mbito social tambi茅n se reflejan amenazas que se vinculan con el amplio enunciado de las 芦finanzas sostenibles禄, como es la pobreza, el hambre y la falta de cuidados sanitarios que revelan que una parte importante de la poblaci贸n vive en condiciones por debajo de los est谩ndares sociales considerados como m铆nimos en las econom铆as avanzadas. Todos ellos son expresivos de lo fr谩gil que es la prosperidad.

Ateni茅ndonos por el momento a la demarcaci贸n de las finanzas verdes, conviene recordar que es la UE la que, de forma m谩s consecuente, al menos hasta el momento, se ha comprometido con los objetivos definidos en el Acuerdo de Par铆s de diciembre de 2015, suscrito por 170 pa铆ses, que define la transici贸n hacia una econom铆a baja en carb贸n. En Europa ese compromiso se ha concretado en reducir las emisiones de CO2 en un 40% en todos los sectores de la econom铆a en el horizonte de 2030. Ello significa que hay que adoptar desde ya pol铆ticas que faciliten la transformaci贸n hacia modelos de negocio de las empresas m谩s eficientes en la utilizaci贸n de los recursos y m谩s circulares. Y, en ello, las finanzas tienen mucho que hacer.

Por de pronto, se ha estimado que para cumplir esos compromisos europeos ser谩n necesarias inversiones en torno a 180.000 millones de euros anuales en sectores diversos: renovaci贸n de edificios hacia mayor eficiencia, generaci贸n y trasmisi贸n de energ铆a mediante fuentes renovables, transporte de bajo carb贸n, entre otros. Se trata de inversiones cuya cuant铆a excede a la capacidad actual de los presupuestos p煤blicos y, en consecuencia, requieren la participaci贸n de inversores privados y el consecuente despliegue de instrumentos que las vehiculen.

En realidad, se han hecho avances, y en estas mismas p谩ginas se ha dejado constancia de ello, pero ahora quiero llamar la atenci贸n acerca de la reciente difusi贸n del esperado documento 芦Financing a Sustainable European Economy禄, informe final del 芦High-Level Expert Group on Sustainable Finance禄 (HLGE), creado a iniciativa de la Comisi贸n Europea a finales de 2016. Ha estado presidido por Christian Thimann, Director de Estrategia, Sostenibilidad y Asuntos P煤blicos del Grupo Axa, al que han acompa帽ado profesionales de los distintos 谩mbitos de la industria de servicios financieros.

Se trata de un trabajo valioso, llamado a inspirar las actuaciones que en esa materia adopte la UE. Sus recomendaciones son el resultado de discusiones entre conocedores y se encuentran precedidas del significativo respaldo del responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y de la Uni贸n de los Mercados de Capitales (CMU) de la UE. Y es en relaci贸n con este 煤ltimo aspecto, la contribuci贸n a la CMU, donde quiero situar mis comentarios, o mejor, mi incitaci贸n a que el lector de esta columna consulte directamente el informe (https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/180131-sustainable-finance-final-report_en.pdf).

Ese informe se convertir谩 en un Plan de Acci贸n en finanzas sostenibles, al que seguir谩n propuestas legislativas. 芦Para convertir Europa en el centro de gravedad de la inversi贸n global en una econom铆a baja en carb贸n, eficiente en la utilizaci贸n de los recursos y circular禄. Ah铆 es nada. Ese prop贸sito es ambicioso, en primer lugar, porque buena parte de los sistemas financieros europeos siguen convalecientes, asimilando los da帽os de la crisis. Pero tambi茅n tratando de adaptarse a esa digitalizaci贸n creciente que, entre otras consecuencias, conllevar谩 la emergencia de nuevos competidores en la totalidad de los segmentos de la industria de servicios financieros.

La ambici贸n de trenzar ese v铆nculo entre finanzas sostenibles y el proyecto de la Uni贸n de los Mercados de Capitales deriva tambi茅n del insuficiente recorrido asignado hasta ahora a esta 煤ltima iniciativa comunitaria, especialmente desde la concreci贸n del brexit . Y, sin embargo, ese equilibrio entre 芦bancarizaci贸n禄 y protagonismo de los mercados de capitales es de todo punto necesario, desde luego para ese prop贸sito de extender la financiaci贸n sostenible, pero no solo.

Habr谩 que confiar en que el esfuerzo de ese grupo de expertos no quede en agua de borrajas y se pongan en marcha los cambios regulatorios ineludibles, entre otros, los que posibiliten la movilizaci贸n de la capacidad de captaci贸n de fondos privados para las inversiones necesarias. Tambi茅n se reconoce en el informe la importancia de transformar la cultura de algunos sistemas financieros, creando los incentivos necesarios para que ese tipo de inversiones sea posible. La Comisi贸n ya hab铆a reconocido en junio pasado, con ocasi贸n de la revisi贸n del plan de acci贸n de la CMU, que ser铆a necesaria 芦una profunda reingenier铆a del sistema financiero para que las inversiones se hicieran m谩s sostenibles禄, comprometiendo iniciativas tendentes a adecuar la informaci贸n, los rating crediticios, los est谩ndares contables y los procesos de supervisi贸n a ese prop贸sito. En concreto, se especificaron los deberes de los propietarios de activos y gestores de carteras de 芦integrar las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza en la toma de decisiones禄, de mirar a medio y largo plazo, en definitiva.

Uno de los aspectos m谩s valiosos del informe es el establecimiento de una taxonom铆a sobre los posibles destinos de los instrumentos de financiaci贸n e inversi贸n susceptibles de ser considerados 芦sostenibles禄, entre otros los populares 芦bonos verdes禄. Adem谩s de los Green Bond Principals (GBP), definidos en el seno de la International Capital Market Association (ICMA), como gu铆as que han de satisfacer los emisores de ese tipo de bonos, el informe del HLEG concreta a煤n m谩s, recomendando a la comisi贸n que se introduzca oficialmente un 芦EU Green Standard (EU GBS)禄 y un etiquetaje espec铆fico para esos instrumentos. Transformaciones todas ellas en la direcci贸n de que esas exigencias medioambientales trasciendan del cortoplacismo al uso que informa a los agentes en la adopci贸n de decisiones de inversi贸n y financiaci贸n.

Caben pocas dudas de que, si faltaban razones para verificar la tensi贸n trasformadora de las finanzas, las intenciones europeas contribuyen a fortalecer esa otra direcci贸n por la que van a caminar, la de la sostenibilidad, confiemos que irreversible.

Emilio Ontiveros es presidente de Afi y catedr谩tico de Econom铆a de la Empresa de la UAM