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El futuro de la Uni贸n Econ贸mica y Monetaria

Agosto de 2017
A grandes rasgos, el futuro de la Uni贸n Econ贸mica y Monetaria (UEM) pasa por avanzar simult谩neamente en tres frentes: la uni贸n financiera, la integraci贸n fiscal y el dise帽o institucional del 谩rea euro.

Dentro de los actos conmemorativos del 60 aniversario de la firma de los Tratados de Roma, la Comisi贸n Europea present贸 el pasado marzo el 芦Libro Blanco sobre el futuro de Europa禄. Este documento marca el inicio de un proceso de reflexi贸n cuyos dos pr贸ximos hitos son el discurso sobre el Estado de la Uni贸n que el presidente J眉ncker pronunciar谩 el pr贸ximo septiembre y, sobre todo, el Consejo Europeo de diciembre, en el que se determinar谩n las principales l铆neas de actuaci贸n de la UE para el resto de legislatura. A medio plazo, la agenda viene marcada por unas elecciones al Parlamento Europeo en junio de 2019 que se presentan cruciales para el devenir de Europa.

El Libro Blanco ha venido acompa帽ado, en los 煤ltimos meses de una serie de Documentos de Reflexi贸n que tratan sobre la dimensi贸n social de Europa (DR1, 26 de abril); el encauzamiento de la globalizaci贸n (DR2, 10 de mayo); la profundizaci贸n de la Uni贸n Econ贸mica y Monetaria (DR3, 31 de mayo); el futuro de la defensa europea (DR4, 7 de junio); y el futuro de las finanzas de la UE (DR5, 28 de junio).

A lo largo de las decenas de p谩ginas de esta serie de documentos, el reconocimiento de la situaci贸n es expl铆cito: 芦No podemos permitirnos esperar a otra crisis para activar la voluntad colectiva de actuar禄 (DR3, p. 7). En opini贸n de la Comisi贸n, esa falta de voluntad de progreso en la reforma de la UE se debe, principalmente, al desacuerdo entre quienes priorizan reforzar la responsabilidad de los Estados miembros como condici贸n previa para avanzar en la construcci贸n europea (que podr铆amos llamar 芦tesis alemana禄) y los que defienden que la solidaridad es el camino a seguir para cerrar las heridas abiertas por la crisis de 2008.

Parad贸jicamente, la resoluci贸n de este conflicto es sustancialmente m谩s complicada ahora que antes de la crisis, pues 茅sta ha puesto de manifiesto que los riesgos econ贸micos y financieros afectan de manera particularmente asim茅trica a los distintos Estados miembros, especialmente en lo que se refiere a la transmisi贸n de crisis bancarias a la deuda soberana, y viceversa.

En paralelo a esta cuesti贸n, intr铆nseca al proyecto de construcci贸n de la Uni贸n Econ贸mica y Monetaria (UEM), se han abierto en los 煤ltimos a帽os diversas l铆neas de fractura en la UE. En primer lugar, la crisis ha debilitado la fortaleza del eje franco-alem谩n como motor econ贸mico del 谩rea euro. La divergencia entre los cuadros macro de estas dos potencias ha terminado por situar a Francia en tierra de nadie, con Alemania a un lado, e Italia y Espa帽a al otro, algo que ha contribuido a erosionar la adhesi贸n del pa铆s galo al proyecto europeo.

En segundo lugar, la crisis econ贸mica y el incremento de la desigualdad han alimentado el auge de los movimientos populistas en toda Europa y, de manera significativa, en pa铆ses como Holanda, Francia, Espa帽a, Italia y Grecia, entre otros. Menci贸n aparte merecen Hungr铆a y Polonia, que encarnan de manera singular una tercera l铆nea de fractura, la que separa al Este y al Oeste en sus respectivas concepciones de la construcci贸n europea.

Finalmente, la decisi贸n del Reino Unido de abandonar la UE, notificada formalmente el pasado 29 de marzo al Consejo Europeo, supone una cuarta l铆nea de fractura particularmente lesiva para ambas partes. A esto cabe a帽adir el enquistamiento de la crisis en Grecia y, fuera del 谩mbito dom茅stico, un giro en las relaciones entre la UE y los EEUU, cuya administraci贸n parece optar por el abandono de algunos de los lugares comunes que han presidido el orden econ贸mico y geopol铆tico de los 煤ltimos a帽os.

Aunque los retos que debe afrontar Europa en el futuro inmediato no son menores, el momento puede ser propicio para fortalecer el dise帽o institucional de la UEM. Porque es momento de hacer de la necesidad virtud, porque el ciclo econ贸mico acompa帽a y lo hace de manera transversal (las principales econom铆as del 谩rea euro han dado muestras de acelerar su crecimiento en los 煤ltimos trimestres) y porque, adem谩s, el ciclo electoral europeo parece haber dejado atr谩s los peores temores, a falta de las elecciones que deben celebrarse en Alemania el pr贸ximo oto帽o y, con mayor incertidumbre, en Italia (todav铆a sin fecha).

A grandes rasgos, el futuro de la UEM pasa por avanzar simult谩neamente en tres frentes: la uni贸n financiera, la integraci贸n fiscal y el dise帽o institucional del 谩rea euro. En el primer caso, se hace necesario completar la Uni贸n Bancaria, incluyendo un r茅gimen com煤n de seguro de dep贸sitos para atajar la transmisi贸n del riesgo bancario al riesgo soberano. Junto a esto, es preciso progresar en la creaci贸n de un activo europeo seguro, lo que contribuir铆a a diversificar los activos del sector bancario y mejorar铆a la transmisi贸n de la pol铆tica monetaria. Tambi茅n es prioritario avanzar en la unificaci贸n de los distintos mercados financieros con la finalidad de diversificar las fuentes de financiaci贸n, todav铆a segmentadas entre Estados miembros, lo que tendr铆a por efecto presumible un aumento de la inversi贸n.

En cuanto a la integraci贸n fiscal, la UEM necesita dotarse de mecanismos de estabilizaci贸n macroecon贸mica que complementen la actual caja de herramientas de la pol铆tica monetaria. Frente a las reservas de algunos Estados miembros, especialmente sensibles a la cesi贸n de soberan铆a, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) deber铆a cobrar mayor protagonismo. No s贸lo en su papel de asistente de emergencia, sino posibilitando actuaciones contrac铆clicas en la estabilizaci贸n de la demanda agregada.

El tercer frente, el dise帽o institucional, toma car谩cter de condici贸n necesaria para progresar en las cuestiones anteriormente citadas, en ese siempre delicado equilibrio de soberan铆as entre la UEM y cada uno de sus Estados miembros. Los retos en este cap铆tulo no son meramente econ贸micos o t茅cnicos, sino esencialmente pol铆ticos. El Eurogrupo necesita una presidencia permanente y la UEM un Tesoro y un presupuesto com煤n (el MEDE deber铆a contar con una dotaci贸n de recursos consecuente), que necesariamente deber谩n ser ejemplares en el control y en la rendici贸n de cuentas.

Dec铆a Robert Schumann que 芦Europa no se har谩 de una vez ni en una obra de conjunto: se har谩 gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho.禄 La crisis financiera internacional de 2008 ha puesto a la UE frente al espejo de su futuro. Casi una d茅cada despu茅s, es dif铆cil pensar que se pueda dilatar mucho m谩s esta espera, sin realizaciones concretas.

Daniel Fuentes es consultor s茅nior del 谩rea de An谩lisis Econ贸mico y de Mercados de Afi.